jueves, 21 de febrero de 2019

Hay que plantear ...

"Hay que plantear el problema de los negros de otra manera, si lo que se pretende es hacerlo objetivamente inteligible, claro está. Mientras los negros estén en su sitio y los blancos en el suyo, perfectamente separados y diferentes, tendrá usted que esperar sentado a que se produzca la catástrofe que, según los profetas, ha de provocar el problema negro. El problema podría empezar el día en que los blancos tuvieran la veleidad de mezclarse con los negros, de romper la separación, sobre todo el día en que mezclaran su sangre, como ha pasado en muchos países de América. Mientras haya separación, se producirán pequeñas anécdotas insignificantes. El problema empezaría el día en que empezara el mestizaje. Afortunadamente, esta posibilidad, de tan remota, es absolutamente impensable en los Estados Unidos. Recuerde que Nueva York es una ciudad formada por emigrantes del norte de Europa -holandeses, ingleses, irlandeses, escandinavos, alemanes, judíos, centroeuropeos-, es decir, por personas que están dispuestas a dar a los negros toda la consideración que merecen y que consideren pertinente en cada caso, pero que nunca se mezclarán con ellos. Afortunadamente es imposible imaginarse los Estados Unidos o el Canadá poblados por mulatos. En cualquier caso, ése sería el problema. Mientras se mantenga la separación, no tiene usted de qué preocuparse: no habrá la menor catástrofe ni ningún 'grand soir' que, por el hecho de estar protagonizado por negros, dé pavor. Los Estados Unidos cuentan con un campo de experiencia racial muy provechoso en el área vastísima de la América llamada latina. Los resultados de esta experiencia, los mestizos, los mulatos, los criollos, las mezclas de negros y chinos se conocen perfectamente y tienen una fuerza normativa incuestionable".
Josep Pla
Fin de semana en Nueva York (Destino, 2016)
[Or. "Weekend (d'esiu) a Nova York", 1955]

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