sábado, 17 de enero de 2015

La fe en ...

"La fe en la tecnología como una fuerza autónoma benevolente y autocurativa es seductora. Nos permite sentirnos optimistas sobre el futuro mientras nos quita responsabilidad sobre ese futuro. Conviene especialmente a los intereses de aquellos que se han enriquecido extraordinariamente a través de la reducción del trabajo, centrada en los beneficios, producida por los sistemas automatizados y los ordenadores que los controlan. Suministra a nuestros nuevos plutócratas una narrativa heroica en la que interpretan papeles protagonistas; las pérdidas recientes de empleos pueden ser desafortunadas, pero son un mal necesario en el camino a la emancipación eventual de la raza humana de manos de los esclavos informatizados que nuestras empresas benevolentes están creando [...]. Como nos recuerda la historia, la retórica altisonante sobre la utilización de la tecnología para liberar a los trabajadores enmascara con frecuencia un desprecio por la mano de obra. Cuesta mucho imaginar a los magnates actuales de la tecnología, con sus inclinaciones libertarias y su impaciencia frente al poder público, aceptando la clase de esquema gigantesco de redistribución de la riqueza que sería necesario para subvencionar las actividades de ocio autorrealizador de las masas desempleadas".
Nicholas Carr 

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