"Las decisiones sobre tecnología son también decisiones sobre modos de trabajar y maneras de vivir [...]. Asumimos que cualquiera que rechaza una nueva herramienta en favor de una más antigua es culpable de nostalgia o de tomar decisiones sentimentalmente en lugar de con la razón. Pero la auténtica falacia sentimental es suponer que lo nuevo siempre está mejor adaptado a nuestros propósitos e intenciones que lo viejo. Es es la visión de un niño, ingenua y dócil. Lo que hace a una herramienta superior a otra no tiene nada que ver con su novedad. Lo que importa es cómo nos agranda o empequeñece, cómo moldea nuestra experiencia de la naturaleza, de la cultura y de los unos con los otros".
Nicholas Carr
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