"Allí cada uno podía debatir no sólo sobre problemas de relevancia universal [...], sino también acerca de sus obsesiones privadas, de esos tics, esas fobias, esas extravagancias, esos antojos, esos deseos apasionados y estrafalarios que en la existencia de una persona no cuentan menos que su fe en la patria o en la libertad de prensa".
Claudio Magris
"La historia no ha terminado. Ética, política, laicidad" (Anagrama, 2008)
[Or. "La storia non è finita", 2006]
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