"Es necesario que los riesgos sean proporcionales al fin buscado: es hermoso arriesgar la vida por una causa noble, pero no es razonable hacerlo por futilidades o por la pura fascinación del peligro. Esto es lo que distingue al valiente del temerario y lo que hace que el valor se halle en la cúspide, entre estos dos abismos que son la cobardía y la temeridad: el cobarde está demasiado sometido a su miedo, el temerario demasiado indiferente a su vida o al peligro para poder ser verdaderamente (es decir, virtuosamente) valiente".
André Comte-Sponville
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