sábado, 7 de junio de 2014

Hay que reconocer ...


“Hay que reconocer que nuestros tatarabuelos tenían un sentido justo y exacto de lo artístico y lo bello. No hay más que ver los tesoros artísticos de hoy, en su mayoría vulgaridades de hace trescientos o cuatrocientos años desenterradas. Me pregunto si hay en verdad alguna belleza intrínseca en las viejas soperas, jarras de cerveza y apagavelas que tanto apreciamos ahora o si su encanto actual obedece tan solo a la aureola de antigüedad que los rodea.  La ‘porcelana azul’ que hoy colgamos para adornar las paredes eran utensilios de la vida cotidiana hace unos pocos siglos, y los pastores sonrosados y las pastoras rubias que ahora enseñamos orgullosos a nuestros amigos, que fingen apreciarlos como entendidos, eran adornos sin valor que las madres del siglo XVIII habrían dado a chupar a sus hijos si lloraban demasiado.

 ¿Ocurrirá lo mismo en el futuro? ¿Acaso los tesoros del presente serán siempre las baratijas del pasado? ¿Nuestras bandejas de té, con sus dibujos chinescos, estarán dispuestas en fila sobre las chimeneas cuando llegue o pase el año 2000? Esas tazas blancas de borde dorado con la hermosa flor de oro (de especie desconocida) en el interior, que nuestras criadas rompen hoy con tanta alegría, ¿serán cuidadosamente pegadas, exhibidas en un soporte y desempolvadas solo por la señora de la casa?”.
Jerome K. Jerome 

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