lunes, 25 de abril de 2016

Aquel que se ...

"Aquel que se compromete con una actividad provechosa no solamente logra liberarse de la insulsez de la indiferencia y del tedio que acarrea la inactividad, sino que descubrirá placeres que le son desconocidos a quienes llevan una vida de indolencia a costa del trabajo de los demás; porque la vida no puede proporcionar mayor placer que el de vencer las dificultades, el de ir superándolas paso a paso hasta lograr el éxito, y generar nuevos deseos que se verán satisfechos con el trabajo constante. Quien se entrega a una empresa loable y seria verá cómo su esfuerzo se ve compensado; al principio por las esperanzas que ha depositado en ella, y más tarde por la alegría de haber conseguido el fin propuesto; siempre se estará moviendo hacia metas que, una vez logradas, le incitarán a conseguir otras nuevas y más lejanas, en una búsqueda que siempre resultará fructífera.
No siempre sucede que la diligencia que se pone en un trabajo recibe su recompensa, porque los planteamientos más inteligentes y sabios pueden verse destruidos por accidentes inesperados; y, a veces, trabajamos con perseverancia en una empresa para la que la vida no nos ofrece gratificación alguna. Pero el trabajo, aunque no tenga éxito, siempre es mejor que la indolencia. Quien persigue un buen propósito, y quiere lograrlo mediante nobles medios, actúa siempre de acuerdo con lo más profundo de sí mismo; a lo largo de su empeño le estimulará el hecho de una expectativa que, si bien no siempre es segura, sí es justa y reconfortante pues, si finalmente fracasa en su pretensión, sabrá que no ha sido por su culpa".
Samuel Johnson
"Sobre la riqueza y la vida" (1753)
[cfr. "El patriota y otros ensayos" (El buey mudo, 2010)]

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