"El único elemento absoluta e incomparablemente heroico en la labor de un soldado parece ser que se le paga poco y de forma regular: mientras que sus traficantes y agentes de cambio, así como otros implicados en negocios presumiblemente bondadosos, agradecen ser remunerados cuantiosamente y de forma azarosa. Nunca he acabado de entender cómo puede ser que un jinete errante no espere ser retribuido por sus molestias, mientras que un vendedor ambulante cuente por sistema con ello; que existan personas dispuestas a ser golpeadas con dureza a cambio de nada, pero que no existan personas dispuestas a malvender lacitos; gente preparada para embarcarse en fervientes cruzadas con el fin de recuperar la tumba de un dios enterrado, mas no para viajar con la intención de cumplir las órdenes de un ser vivo; que haya quien acudiría a cualquier lugar con los pies descalzos a proclamar su fe, pero requiere de buenos sobornos para practicarla, al tiempo que están perfectamente listos para difundir el Evangelio, aunque jamás los panes y los peces".
John Ruskin
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