viernes, 29 de julio de 2016

A un humanismo ...

"A un humanismo atento a los dilemas morales, profesado hoy y siempre por los verdaderos laicos, le sucede una persuasión colectiva que funciona como una microideología del poder y constituye la mentalidad de una clase indistinta, que se ha puesto al día pasando del cine parroquial al striptease, obedeciendo a un conformismo igualmente obligado y gregario. Esta mentalidad es una especie de cemento o de pegamento ideológico, que agrupa y amasa un sentimiento común aparentemente destinado a formar una nueva mayoría silenciosa, que resulta ser luego a menudo ruidosa, dispuesta a darle en los morros a quie piense de modo distinto y a no dejarle hablar. El dominio social, que en tiempos se basaba en el tradicionalismo religioso, ahora parece basarse en una muchedumbre de desaprensivos a granel, que se las dan de emancipados adecuándose a las nuevas consignas y los nuevos comportamientos heterodirigidos, en un anónimo, inmenso y gelatinoso consenso social".
Claudio Magris
"La historia no ha terminado. Ética, política, laicidad" (Anagrama, 2008)
[Or. "La storia non è finita", 2006]

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