lunes, 14 de septiembre de 2015

Todo lo que ...

"Todo lo que de audaz y temerario poseía el Ingenio, lo tenía la Erudición de precavida y concienzuda. El Ingenio sólo se arredraba ante la mediocridad, la Erudición temía sólo cometer algún error. El Ingenio respondía antes de haber comprendido la pregunta, temeroso de que su rapidez se viera cuestionada; la Erudición se tomaba su tiempo, aunque el asunto no ofreciera dificultad, por si acaso encerraba algún sofisma insidioso. El Ingenio enredaba todos los debates con rapidez y embrollo; la Erudición fatigaba a los oyentes con inacabables sutilezas y prolongaba las discusiones innecesariamente, empeñada en demostrar lo que nadie había puesto en duda. El Ingenio, deseoso de brillar, se atrevía a avanzar argumentos que no había meditado suficientemente, y a menudo triunfaba, para su propia sorpresa, con sólo seguir el hilo de una idea feliz; la Erudición solía rechazar cualquier idea novedosa, temiendo quedar atrapada en consideraciones que fuera incapaz de prever, y con frecuencia su cautela le impedía sacar ventaja de sus posiciones y dominar a su oponente".
Samuel Johnson 

No hay comentarios:

Publicar un comentario