sábado, 21 de mayo de 2016

Las ciudades pequeñas ...

"Las ciudades pequeñas son igual de sobrias en la oferta de rasgos distintivos. Lo único que las diferencia son sus nombres. Todas tienen una estación de servicio, un almacén de alimentación, aperos agrícolas y abonos, un elevador de grano y algo tan improbable como un representante de hornos de microondas o una tintorería, de modo que al encontrarte con una de ellas bien puedes preguntarte: '¿Y qué iban a hacer con una tintorería en Fungus City?'. Cada cuarta o quinta comunidad será capital de condado erigida alrededor de una plaza. Un hermoso juzgado de ladrillo con un cañón de la Guerra de Secesión y monumento a los muertos de al menos dos guerras adornará uno de los lados de la plaza, que habrá reservado los otros para los negocios: un Todo a Cien, una cantina, dos Bancos, un almacén de máquinas varias, una librería cristiana, la barbería, un par de salones de moda y una tienda de ropa masculina, que sólo alguien que viva en una ciudad minúscula podría llevar. Al menos dos de esos establecimientos se llamarán Vern's. La parte central de la plaza estará ocupada por un parque con lucidos ejemplares arbóreos, tribuna para la banda y mástil con la bandera norteamericana, amén de bancos dispersos rebosantes de viejos con gorrillas John Deere en animada conversación sobre los días en que tenían algo más que hacer que sentarse a hablar de los días en que tenían algo más que hacer. El tiempo repta calmosamente en estos pagos".
Bill Bryson
"¡Menuda América!" (Mondadori, 1994)
[Or. "The Lost Continent. Travels in Small Town America", 1989]

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